Si bien la organización política de Francia osciló entre Républica, Imperio y Monarquía constitucional durante 71 años después de que la Primera República cayera tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte, lo cierto es que la revolución marcó el final definitivo del absolutismo y dio a luz a un nuevo régimen donde la burguesía, y en algunas ocasiones las masas populares, se convirtieron en la fuerza política dominante en el país. La revolución socavó las bases del sistema monárquico como tal, más allá de sus estertores, en la medida en que lo derrocó con un discurso capaz de volverlo ilegítimo.
1 etapa: (1789-1792)
- Se destruyen los privilegios feudales.
- La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, aprobada en 1789 y habla de la libertad individual, de palabra y de pensamiento; y la lucha contra la opresión y el derecho a la propiedad.
- La Constitución de 1791, establecía una Monarquía constitucional integrado por el Poder Ejecutivo (recaía en el rey y primeros ministros) y el Poder Legislativo (representantes del pueblo).
2 etapa: (1792-1795)
- En la Convención Nacional (antes Asamblea) existen pugnas ideológicas entre los Girondinos (gran burguesía) y los Jacobinos (pequeña burguesía), los últimos se impusieron en el seno de la misma dando paso a una dictadura.
- Se declara a Francia como República.
- La convención manda ejecutar a Luis XVI (1793) en la guillotina, acusado de traición.
- Debido a la ejecución de Luis XVI, se puso en estado de alerta a los monarcas europeos, creando una coalición anti francesa integrada por Austria, Holanda, España, Inglaterra y algunos otros.
- Se conoce este período como el régimen del Terror.
- Se declara a Francia como República.
- La convención manda ejecutar a Luis XVI (1793) en la guillotina, acusado de traición.
- Debido a la ejecución de Luis XVI, se puso en estado de alerta a los monarcas europeos, creando una coalición anti francesa integrada por Austria, Holanda, España, Inglaterra y algunos otros.
- Se conoce este período como el régimen del Terror.
3 etapa: (1795-1799.)
- Los girondinos recuperan el control de la Convención.
- Los ejércitos franceses logran triunfos contra la coalición extranjera.
- Se aprueba una nueva Constitución en 1795.
- El poder Legislativo se deposita en la Cámara de los Quinientos y en la de los ancianos.
- El poder Ejecutivo está en manos de un Directorio, formado por cinco personas, designado por el cuerpo Legislativo.
- El régimen del Directorio se caracteriza por su corrupción, la miseria aumenta en la población y el dinero pierde valor.
La revolución se fue extendiendo por ciudades y pueblos, creándose nuevos ayuntamientos que no reconocían otra autoridad que la Asamblea Nacional Constituyente. La insurrección motivada por el descontento popular siguió extendiéndose por toda Francia. En las áreas rurales, para protestar contra los privilegios señoriales, se llevaron a cabo actos de quema de títulos sobre servidumbres, derechos feudales y propiedad de tierras, y varios castillos y palacios fueron atacados. Esta insurrección agraria se conoce como La Grande Peur (el Gran Miedo).
El 11 de julio de 1789, el rey Luis XVI, actuando bajo la influencia de los nobles conservadores al igual que la de su hermano, el Conde D`artois, despidió al ministro Necker y ordenó la reconstrucción del Ministerio de Finanzas. Gran parte del pueblo de París interpretó esta medida como un auto-golpe de la realeza, y se lanzó a la calle en abierta rebelión. Algunos de los militares se mantuvieron neutrales, pero otros se unieron al pueblo.
El 14 de Julio el pueblo de París respaldó en las calles a sus representantes y, ante el temor de que las tropas reales los detuvieran, asaltaron la fortaleza de la Bastilla, símbolo del absolutismo monárquico, pero también punto estratégico del plan de represión de Luis XVI, pues sus cañones apuntaban a los barrios obreros. Tras cuatro horas de combate, los insurgentes tomaron la prisión, matando a su gobernador, el Marqués Bernard de Launay. Si bien sólo cuatro presos fueron liberados, la Bastilla se convirtió en un potente símbolo de todo lo que resultaba despreciable en el Antiguo Régimen. Retornando al ayuntamiento, la multitud acusó al alcalde Jacquesde Flesselles de traición, quien recibió un balazo que lo mató. Su cabeza fue cortada y exhibida en la ciudad clavada en una pica, naciendo desde entonces la costumbre de pasear en una pica las cabezas de los decapitados, lo que se volvió muy común durante la Revolución.